Ferran Monegal
Preocupados por la corrupción, los
gastos a granel y los despilfarros variados que nos invaden mientras a
la ciudadanía nos van recortando hasta asfixiarnos,
Wyoming y
Dani Mateo (
El intermedio,
La Sexta) han buscado afanosamente en el mapa de la política mundial
algún caso de probada y reconocida austeridad que pudiera servir de
ejemplo a gobernantes. Y han encontrado al presidente idóneo, quizá el
más
guay de todo el globo terráqueo, es decir, a
Pepe Múgica, presidente de Uruguay. ¡Ah! Cómo flipaba el público que había en el plató de
El intermedio ante la semblanza que
Dani Mateo hizo de este extraordinario gobernante. No vive en el palacio presidencial, sino en su pequeña
chacrita
de 50 metros cuadrados, cercana a Montevideo, con un pequeño campito
aledaño donde cultiva flores y hortalizas. No tiene ni una sola tarjeta
de crédito. Su única propiedad personal es un viejo Volkswagen
cucaracha de 1987. Dona el 90% de su sueldo a organizaciones humanitarias. Es conocido en todo el mundo con el nombre de
El presidente pobre; pero él se rebela ante este apelativo y exclama:
«Yo
no soy un presidente pobre. Pobres son los que cada vez quieren más y
nada les alcanza. Yo tomo la austeridad como camino. Liviano de
equipaje». O sea, este hombre que antaño fue guerrillero tupamaro, y sufrió 15 años de cárcel y torturas, toma los versos de
Machado como guía existencial:
«Y
cuando llegue el día del último viaje / y esté al partir la nave que
nunca ha de tornar / me encontraréis a bordo, ligero de equipaje / casi
desnudo, como los hijos de la mar».
Tú y to somos tres.Por Ferran Monegal
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Información publicada en la
página 74 de la sección de
Espectáculos de la edición impresa del día
14 de diciembre de 2012
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De
Pepe Múgica me suele hablar
Eduardo Galeano
cuando viene a Barcelona. Siempre se refiere a él con un respeto muy
grande. En la tele poquísimas veces nos dan noticias de Uruguay. De su
raro y extraño presidente, menos todavía. ¡Ah! No interesa la humildad.
La última referencia de
Múgica que aparece en mi cuaderno es de marzo del 2010. Los
callejeros viajeros de Cuatro le hicieron una visita, a él y a su esposa, la senadora
Lucía Topolansky. Irradiaban una honestidad tan extraordinaria que, como políticos, parecían hasta extravagantes.
Y ahora
Wyoming, impresionado ante esta rareza presidencial, miró a cámara y estampó su rúbrica con su habitual mordacidad. Dijo:
«Es
increíble. Es el único presidente de Gobierno que cuando habla de
austeridad habla de la suya, y no de la que impone a sus ciudadanos». Diana.