domingo, 16 de diciembre de 2012
Un presidente 'guay'
tú y yo somos tres
Un presidente 'guay'
Ferran Monegal
Preocupados por la corrupción, los
gastos a granel y los despilfarros variados que nos invaden mientras a
la ciudadanía nos van recortando hasta asfixiarnos, Wyoming y Dani Mateo (El intermedio,
La Sexta) han buscado afanosamente en el mapa de la política mundial
algún caso de probada y reconocida austeridad que pudiera servir de
ejemplo a gobernantes. Y han encontrado al presidente idóneo, quizá el
más guay de todo el globo terráqueo, es decir, a Pepe Múgica, presidente de Uruguay. ¡Ah! Cómo flipaba el público que había en el plató de El intermedio ante la semblanza que Dani Mateo hizo de este extraordinario gobernante. No vive en el palacio presidencial, sino en su pequeña chacrita
de 50 metros cuadrados, cercana a Montevideo, con un pequeño campito
aledaño donde cultiva flores y hortalizas. No tiene ni una sola tarjeta
de crédito. Su única propiedad personal es un viejo Volkswagen cucaracha de 1987. Dona el 90% de su sueldo a organizaciones humanitarias. Es conocido en todo el mundo con el nombre de El presidente pobre; pero él se rebela ante este apelativo y exclama: «Yo
no soy un presidente pobre. Pobres son los que cada vez quieren más y
nada les alcanza. Yo tomo la austeridad como camino. Liviano de
equipaje». O sea, este hombre que antaño fue guerrillero tupamaro, y sufrió 15 años de cárcel y torturas, toma los versos de Machado como guía existencial: «Y
cuando llegue el día del último viaje / y esté al partir la nave que
nunca ha de tornar / me encontraréis a bordo, ligero de equipaje / casi
desnudo, como los hijos de la mar».
De Pepe Múgica me suele hablar Eduardo Galeano
cuando viene a Barcelona. Siempre se refiere a él con un respeto muy
grande. En la tele poquísimas veces nos dan noticias de Uruguay. De su
raro y extraño presidente, menos todavía. ¡Ah! No interesa la humildad.
La última referencia de Múgica que aparece en mi cuaderno es de marzo del 2010. Los callejeros viajeros de Cuatro le hicieron una visita, a él y a su esposa, la senadora Lucía Topolansky. Irradiaban una honestidad tan extraordinaria que, como políticos, parecían hasta extravagantes.
Y ahora Wyoming, impresionado ante esta rareza presidencial, miró a cámara y estampó su rúbrica con su habitual mordacidad. Dijo: «Es increíble. Es el único presidente de Gobierno que cuando habla de austeridad habla de la suya, y no de la que impone a sus ciudadanos». Diana.
Tú y to somos tres.Por Ferran Monegal
Edición Impresa
Versión en .PDF
Información publicada en la página 74 de la sección de Espectáculos de la edición impresa del día 14 de diciembre de 2012 VER ARCHIVO (.PDF)Y ahora Wyoming, impresionado ante esta rareza presidencial, miró a cámara y estampó su rúbrica con su habitual mordacidad. Dijo: «Es increíble. Es el único presidente de Gobierno que cuando habla de austeridad habla de la suya, y no de la que impone a sus ciudadanos». Diana.
Suscribirse a Entradas [Atom]