martes, 27 de mayo de 2008

Tarde de Mayo

La tarde deja caer
agudas somnolencias
de hiedra taciturna…
y los cipreses,
su aroma caliente
sobre la boca de mi mente
¡Ay! Tarde divina y presente.
¿Qué pretendo
arrojando multitud
de pensamientos sin cauce,
sobre los surcos del huerto?

Tarde de Mayo,
que escondes 
en tu hermosura
mi destino y tu presencia
 ¡Deja un por si acaso
de esperanza a mi tristeza!
JDC.
... De mi humana presencia

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