
Deja el viento,
aromas de
furtivas constancias
en las miradas y su tiempo.
Y es que un son
de convulsas horas,
se reservan airadas;
por si acaso
cesan los ruidos,
los lamentos,
y la tortura insomne
a la idea y al verbo.
Mientras tanto...
Surgen voces y anhelos
expuestos a un futuro incierto.
JDC.
...De mi humana presencia
Juan Diaz Casares.
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