
Se va el Sol de la tarde,
dejando senderos
de nostalgia
que el ocaso apresura.
En mis ojos, quedaron
sus arreboles de luz.
Todo pasa para que
el tiempo lo acomode
a gusto o disgusto
de la razón consentida.
Tarde de Otoño
en mí, donde la voz
o el gesto, asienten
dejar seguir los sueños,
hacia su inevitable declive.
hacia su inevitable declive.
JDC.
...De mi humana presencia
Juan Díaz Casares.
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