Se deja sentir liviano y frío
el aire de invierno.
Soplillo cortante
de rostros y palabras.
La tarde, presente
y dulce de constancia,
amontona oscuridad
en sus espaldas, mientras
apresura en su frente
un ocaso de arreboles
hermosos y efímeros.
Tiempo de atardecer.
Corazones fríos
que añoran tras los vidrios
las sentencias de amor
de otras gentes.
!Salir al frío
a recoger la luz
que se esconde
en los montes de Occidente¡#
Juan Díaz Casares.
Juan Díaz Casares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario