y, vivir el día a día
con su novedad resurgida,
entre la diáspora de los sueños.
No me queda más remedio
que aceptar lo que llega
cual regalo inadvertido,
e integrar en mí, los nombres
de las vivencias nuevas.
Y es que ya no hay otra
que ser uno mismo,
remediando lo que acontece
en este ir y venir
del Tiempo que nos llega.
JDC.
De mi humana presencia.
con su novedad resurgida,
entre la diáspora de los sueños.
No me queda más remedio
que aceptar lo que llega
cual regalo inadvertido,
e integrar en mí, los nombres
de las vivencias nuevas.
Y es que ya no hay otra
que ser uno mismo,
remediando lo que acontece
en este ir y venir
del Tiempo que nos llega.
JDC.
De mi humana presencia.