
artehistoria
Las manos, transformaron
minerales y arcillas,
en los útiles y objetos.
que las labores
humanas requerían...
Y la voz llegó
enriqueciéndolo todo.
A cada cosa.
le dio nombre,
y a cada espanto.
dio su grito.
Para el amor,
el susurro...
Y fue el verso,
el poema,
la destilación sublime
de todas las sensaciones.
Por eso, Musa,
allá donde afloras,
emprendo tu rumbo
recubriendo tus pasos
de manos y soluciones.
Te sigo, ciego,
cercado de tus aureolas,
acometiendo tu aliento,
sin límite y a deshoras.
le dio nombre,
y a cada espanto.
dio su grito.
Para el amor,
el susurro...
Y fue el verso,
el poema,
la destilación sublime
de todas las sensaciones.
Por eso, Musa,
allá donde afloras,
emprendo tu rumbo
recubriendo tus pasos
de manos y soluciones.
Te sigo, ciego,
cercado de tus aureolas,
acometiendo tu aliento,
sin límite y a deshoras.
JDC.
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